Jugué fútbol cómo arquero, me fue bien hasta cierto punto, siempre usaba el número 23 así fuera arquero titular. En el 87 en un tiro de esquina al boludo (ja) que puse en el primer palo se quedó mirando la tribuna y nos metieron un gol olímpico muy celebrado y comentado por varias semanas en el Parque de la Caña de Azúcar. Tiempo después la anécdota se envolataba en medio de otras jugadas vistosas, pero el tonto del primer palo siempre me decía olímpico, así haya sido su culpa en un gran porcentaje.
Aquel año lloré por que el América de Cali perdía en el último segundo la copa libertadores de América ante el Peñarol... recuerdo que terminé tendido en el suelo. Los caleños en la calle se burlaban y colocaban el pachito eché, aun cuando pierde su equipo no pierdo oportunidad de decirles "entonces qué caleños ¿bien o no?" sin embargo su arepa (suerte) es mucho mejor que la de la mechita (América) y ahora son mucho más acaudalados.
Luego, en un partido de microfutbol con un balón golty de los Amarillos me reventaron la boca por que un pendejo le dio un puntazo a la pelota... bueno fue mucho más que eso ya que mi colmillo superior derecho atravesó el labio dejándome por mucho tiempo con una trompita envidiable. Ahora no se nota para nada la cicatriz, claro que si practico mi sonrisa de anime (boca abierta sin mostrar los dientes) se ve claramente.
Cuando Colombia le ganaba a argentina 5 a 0, yo estaba en un show de modelaje en el último piso del Santa Mónica Boulevard, era gracioso ver desfilar las modelos y ser interrumpidas por el grito de la gente que no les prestaba la más mínima atención por ver un destartalado TV que habían puesto en una esquina. Esa noche viajé a Bogotá a acompañar a mi amigo para que renovara su pasaporte americano, luego fuimos a buscar música en el norte y compramos un álbum de Christian Death, luego al ir donde nos quedábamos el trancon en las vías por la llegada de la selección estaba tenaz, muchos decían en ese momento que ya éramos campeones del mundo por ganarle a la Argentina. Yo quería llegar a dormir aunque sea 2 horitas por que no lo habíamos hecho, odié la selección ese día.
En el año 94 entré a prestar servicio militar como Auxiliar de Policía Bachiller, aun nos decían agentes, la gente no sabia mucho que éramos pelaos prestando servicio militar, me tocó chupar muchos partidos petardos en el pascual y comer Sándwich frío con gaseosa caliente varias veces. En un partido del Cali contra el DIM, un mayor de la Policía que era el oficial de ese servicio, llamó a cuanto auxiliar encontraba para enviarlo a la puerta de oriental, fue muy macho al hacernos salir y hacer cerrar la puerta dejándonos en medio un campo de batalla donde todos tiraban ladrillos que la gente de la administración del estadio, había dejado estratégicamente apilados bajando la rampa de oriental. No se cómo no nos descalabraron (si lo sé no es una palabra real) nos quitamos las reatas y parecíamos locos bateando ladrillos con el bastón y tirando reatazos, lástima que no vi a una señora que por chismosa se ganó una esquina de ladrillo en una pierna, recuerdo que me dijo que la Policía siempre trata mal a la gente, pero yo la verdad no era policía en ese momento, sólo quería salir de allí sin ningún golpe.
En la relación dimos parte de 4 hinchas del DIM (paisitas de granero) que les dimos como a culebra y un hincha del Cali que en medio del alboroto trató de robarse unos tenis, grave error.
En años recientes mi contacto con el fútbol es nulo, sólo atino a ver los resultados y las repeticiones de los goles, el resto me da mamera, haber visto el fútbol desde 3 puntos de vista me han dejado claro que es una distracción muy apasionada que no le hace bien al que se encarrete con ese asunto. Si es por afianzar un sentido de pertenencia en la juventud, creo que hay otros caminos, por jugar me parece bien, pero los partidos ahora de gallada son tremendamente violentos y no falta el que da zapatazos cómo un loco desquiciado, es mucho mejor jugar con niños.
Ahora se nos viene el Mundial, acepto invitaciones a cualquier parte menos a ser zombi frente a un aparato de TV y ver comerciales hasta la saciedad o comentarios profundos de fútbol de eruditos que rara vez jugaron en su juventud, se rasparon las rodillas o les reventaron la boca con un balón golty de los Amarillos.
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