Antanas Presidente

Siempre que veo a Antanas me llegan buenos recuerdos y una extraña sensación de ver cómo lo que pensábamos de forma muy inocente y en charla se ha ido convirtiendo en una alternativa real, la anécdota surge de todo lo que pasó con Mockus en la Universidad Nacional en aquel tiempo cuando tenía más difusión en los medios las nalgas que la gestión del rector.

Fin de año del 92 y parecía que por fin iba a terminar la oleada de audiciones repetitivas que se organizaban en sitios como Nuestra Herencia para ver copias en VHS de los conciertos donde siempre soñábamos estar. Laberinto había aparecido y se regaba la bola como el nuevo sitio para irla a parchar, un pequeño local en la cuadra de la Avenida Sexta con Calle 24 odiado y amado por muchos.

Los grupos de amigos se aglomeraban en la entrada de Laberinto, pero el local era diminuto, no recuerdo haber pasado más de media hora completa allí dentro, habían ventajas gracias al poco control, menores de edad indocumentados a granel, un balcón que invadía el andén y la música a todo volumen que se escuchaba claramente afuera, se recibían solicitudes musicales desde casi la mitad de la vía: Pixies, Joy Division, The Cure, Midnigt Oil, Big Audio Dynamite, The Doors, Nine Inch Nails y otros tantos en una rotación más o menos predecible pero con un estricto inicio, desarrollo, final sin nada de mezclas.

Con todo el ambiente en aquel local y los beneficios de estar y no estar en laberinto se convirtió en una costumbre usar la esquina como sitio de reunión, allí en lo que después se conocería cómo hangar se pasaba muy bien, música y cerveza barata, noche fresca y un volumen lejano uno podía hablar sin problemas de lo que se hacía en el momento, algunos iniciaban carreras otros pensaban qué estudiar o replanteaban si servían o no para la carrera que ya habían iniciado, mucha expectativa por todo lo que sucedía en nuestras vidas y lo que pasaba en el país en aquel tiempo fueron una de las razones de bautizar esa esquina cómo Antanas Presidente.

Hoy casi 14 años después el bar sólo existe en la memoria, la esquina sinembargo sigue alli y debería regresar para pensar y proyectar nuevamente qué seguir haciendo con mi vida los siguientes 14 años, también le preguntaría al primero que pase algo que me hace pensar una y otra vez:

"¿Te imaginas cómo sería Colombia si Antanas fuera el presidente?".




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