Hay un muro humano que detiene las aguas del Rió Cauca. Ya la creciente del río parece comenzar a inundar algunos sectores, los trámites de reubicación van en marcha pero todo parece lento cuando entramos en invierno.
Lástima que don señor no se aparece por allá para ver a su gente, y más preocupante es que nos podemos estar confiando mucho creyendo que sí aguante pero ceda inundando a media ciudad.
Visité ese sector gracias a que una prima de mi mamá vivía allí en los 80s, y alcanzamos a ir unas dos o tres veces y ya parecía ser totalmente legal, una franja de casas construidas con lotes extensos, en algunos lados tenían marraneras, vacas, corrales de gallinas. Lo espectacular de la visita era ir a ver el Río Cauca bajando gracias a un terraplén que se formaba en sus orillas, me daba un tremendo miedo pisar ese pedazo del río, que yo en mi niñez pensaba que flotaba sobre el agua, me acuerdo mucho de los remolinitos bien formados algunos haciendo ruido de succión a los que yo trataba de atinar una piedra, si caminabas un poco hacia el río lograba ver a la distancia el puente del ferrocarril que cruza a la altura de San Luís.
La siguiente visita fue en invierno, y no pude bajar al rió por que el nivel había subido muchísimo y había inundado ya una gran parte de ese patio de ropas de la señora. El río se veía casi a ras de la cocina, nunca me podré olvidar de eso por que me agachaba a mirar bajo la puerta y se veía tremendo. Era el año 1983.
Volviendo a hoy, la situación parece ser mucho peor, antes los que habitaban el jarillon vendrían a ser personas con interés de tener una casa con un lote muy grande, muchos de ellos de origen campesino pero ninguno en situación de desplazamiento, la mayoría construía las casas en cemento, los hijos estudiaban y muchos tenían transporte carro, muchos taxis de esos de la Corporación Financiera del Transporte o jeep willis.
Por eso estos días que llueve me acuerdo del jarillón, de poder ver nuevamente ese río crecido, claro que no en plan de diversión. En este momento seguro muchos ya tienen el río a la mano o en sus pies. Señores, por favor agilicen el trámite, reubiquen, no lo alarguen más, no esperen el invierno que ya se vino.
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